sábado, 14 de abril de 2012

Dejémonos llevar, qué mas da

''Olle bebe, ¿cómo estas? Quería decirte algo que no me podía aguantar. Y es que tengo tantas ganas de ti, tocarte así, decirte al oído que tu eres para mi.''

Mira, pero hacia delante. Siente, intensamente. Ama, locamente. Ríe, siempre. Esto de estar contigo día y noche, de besarte, de acariciarte, pues que empieza a gustarme. ¿Gustar? ¿Qué digo? Si lo adoro. ''Y lo que surja'', no puedes pedirme que no quiera besarte a todas horas. Que esa sonrisa que tienes es única. Si quieres encontrarme estaré en la orilla del mar, cuando el sol quiera esconderse, desaparecer. Ahí, esperándote, para que llegues, me digas que nunca volverás a irte, que me quieres, que soy la única, que lo has intentado pero que sin mi no puedes, y ahí, en ese momento, yo lo mandaré todo a la mierda, dejémonos llevar, qué más da. 
Esa noche, que ya estaba oscureciendo, y yo me estaba arreglando para salir a darlo todo. Cuando ella me llamó y salí a perrear. Él entró en la discoteca, con su pelo castaño, sus ojos, su sonrisa, su pinta de chulo, sus pitillos y sus Vans. Miró al horizonte a ver quien sería la próxima, y allí estaba yo. Se acercó a mi y poquito a poquito me besó. Dejémonos llevar qué más da.
Que por una cosa o por otra, siempre acabaremos en las mismas, tu y yo, nosotros mejor dicho. Seremos uno, y nadie, repito, nadie podrá separarnos, porque el amor que nos tenemos es grande, inmenso. Seamos sinceros, eso de ''querer'' ya se nos queda corto.

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